ARTISTA: Ro Barragán | FECHA: Jueves 20/04, 19 hs.
Porque puede decirse que la imagen arde en su contacto con lo real, podemos hablar de un malestar en la cultura visual: “algo que apela a una poética capaz de incluir su propia sintomatología”.
Cuestión ardiente, cuestión compleja (la imagen extendida hoy tanto en su territorio) así parece difícil “orientarse en la imagen”. Arde y quisiéramos encontrar una respuesta y porque es compleja, retrasa la esperanza de una respuesta.
¿Cómo orientarse en todas estas bifurcaciones, todas estas trampas? Dirá el filósofo: “por turnos, reunir todo. Por turnos como documento y como objeto de sueño, como obra y objeto de paso, monumento y objeto de montaje, no saber y objeto de ciencia”.
Oxímoron: La lluvia encendía el fuego.
Conocimiento por la imagen, no específico, no cerrado. Imaginar, hablar, actuar. Reconstituir el lazo de connaturalidad(o de coalescencia natural) entre palabra e imagen (die natürliche Zusammengehörigkeit von Wort und Bild, siguiendo a Warburg)
Contacto entre la imagen y lo real, un incendio. No se puede hablar de imágenes sin hablar de cenizas. Un tesoro, una memoria, así sea un copo de nieve o “la memoria trazada sobre la arena antes de que una ola la disuelva”. Un afiche en la calle, una pared. Vestigios. Deconstrucciones, agresiones, censuras deliberadas o inconscientes, autos de fe, el tiempo que pasa y las cenizas de todo aquello que lo rodeaba y ha ardido.
Temporalidades, anacronismos, temporalidades contradictorias. Supervivientes “de tiempos desunidos por lagunas. Ese riesgo tiene por nombre Imaginación y montaje”.
Cuestión ardiente, requiere de paciencia (y esto duele) para que aquellas imágenes sean miradas, interrogadas en el presente, “para que tiempo e historia sean entendidas, interrogadas en las imágenes”. Una “Señal secreta”, un grado de sinsentido, todo conocimiento debe contener un grado de sinsentido (como una alfombra antigua, una ligera irregularidad en su diseño). No saber.
Alicia Vandamme